El aborto es un crimen, no un derecho, desde la Soberana Asamblea del Año XIII que decretó la “Libertad de vientres, hasta el Código Civil y Comercial que dice: “La existencia de la persona humana comienza con la concepción” (Art. 19); pasando por la Constitución Nacional que declara “infames traidores a la patria” a los legisladores que concedan “sumisiones o supremacías por las que la vida (...) de los argentinos quede a merced de gobiernos o persona alguna (Art. 29), y al exigir al Congreso: “dictar un régimen de seguridad social especial e integral en protección del niño en situación de desamparo, desde el embarazo hasta la finalización del período de enseñanza elemental, y de la madre durante el embarazo y el tiempo de lactancia” (Art.75, 23).

El médico Tabaré Vázquez, presidente socialista de Uruguay, al vetar en 2008 la ley que autorizaba el aborto en las 12 primeras semanas de gestación afirmó que: “Hay consenso en que el aborto es un mal social que hay que evitar. Sin embargo, en los países en que se ha liberalizado el aborto, éstos han aumentado. En los Estados Unidos, en los primeros diez años, se triplicó, y la cifra se mantiene: la costumbre se instaló. Lo mismo sucedió en España.”(…) “La legislación no puede desconocer la realidad de la existencia de vida humana en su etapa de gestación, tal como de manera evidente lo revela la ciencia. La biología ha evolucionado mucho. Descubrimientos revolucionarios, como la fecundación in vitro y el ADN con la secuenciación del genoma humano, dejan en evidencia que desde el momento de la concepción hay allí una vida humana nueva, un nuevo ser. Tanto es así que en los modernos sistemas jurídicos –incluido el nuestro– el ADN se ha transformado en la ‘prueba reina’ para determinar la identidad de las personas, independientemente de su edad, incluso en hipótesis de devastación, o sea cuando prácticamente ya no queda nada del ser humano, aun luego de mucho tiempo. El verdadero grado de civilización de una nación se mide por cómo se protege a los más necesitados. Por eso se debe proteger más a los más débiles. Porque el criterio no es ya el valor del sujeto en función de los afectos que suscita en los demás, o de la utilidad que presta, sino el valor que resulta de su mera existencia. (…)“De acuerdo a la idiosincrasia de nuestro pueblo, es más adecuado buscar una solución basada en la solidaridad que permita promocionar a la mujer y a su criatura, otorgándole la libertad de poder optar por otras vías y, de esta forma, salvar a los dos.” En 1912, otro presidente, promulgó otra ley que permite abortar.

En USA, en 1970, las jóvenes abogadas Coffee y Sarah Weddington, presentaron una demanda en Texas representando a Norma L. McCorvey (“Jane Roe”), que decía estar embarazada producto de una violación. El Tribunal del Distrito falló a favor de Jane Roe. El caso fue varias veces apelado y llegó a la Suprema Corte de Justicia de los EE.UU., que en la causa: “Roe vs. Wade” (1973), decidió que la mujer, amparada en el derecho a la privacidad —bajo la “cláusula del debido proceso” de la XIV Enmienda— podía elegir si continuaba o no con el embarazo; ese derecho a la privacidad se consideraba un derecho bajo la protección de la Constitución de USA y por lo tanto no podía legislarse en su contra por ningún estado. “Jane Roe” dio a luz a su hija mientras el pleito no estaba decidido, y fue dada en adopción. En 1995 Norma McCorvey se arrepintió y reconoció que parte de su declaración en el juicio no fue verdadera, alegando que fue un “peón” de sus ambiciosas abogadas quienes buscaban una demandante que lograra cambiar la legislación que prohibía el aborto en Texas. La abogada Sarah Weddington, en un discurso en el Instituto de Ética de la Educación, en Oklahoma, reconoció qué utilizó los falsos cargos de violación, hasta llegar a la Corte: “Mi conducta pudo no haber sido totalmente ética. Pero lo hice por lo que pensé fueron buenas razones”. Hugh Hefner, fundador de Playboy, declaró: “Probablemente Playboy estuvo más involucrada en Roe vs. Wade que cualquier otra compañía. Nosotros aportamos los fondos para esos primeros casos y además escribimos el amicus curiae en el caso Roe.”

Por lo visto, el aborto se funda en “razones” que no son tales.

Córdoba, diciembre de 2020.